De acuerdo con la Oficina Española de Patentes y Marcas, un invento puede ser registrado si es novedoso y aplicable, entre otras condiciones. De esta forma, tienes la opción de registrar una patente industrial como parte fundamental de la actividad de tu negocio. Para que puedas saber cómo se hace, en este artículo te detallamos el procedimiento.
Pasos para obtener una patente de tipo industrial
La OEPM indica que las patentes suelen tener una vida útil de entre tres y cuatro años. En consecuencia, podemos afirmar que es vital registrar cualquier invención para no perder el derecho sobre esta. De lo contrario, otros negocios podrían apropiársela y sacarle provecho económico.
1. Entrega de documentación
Para iniciar el proceso de concesión, es necesario entregar a la OEPM distintos documentos. Además de los datos del solicitante y un formulario, hay que detallar el formato de la invención mediante planos o similares. Este punto es crucial, ya que debemos mostrar que lo que queremos patentar es novedoso y útil.
Mientras más información proporciones, mejor defendida estará tu postura y más posibilidades puedes tener de recibir una respuesta afirmativa. Por ello, puedes añadir resúmenes escritos que aporten valor a tu invención o cualquier otro tipo de formato explicativo. Todo ello ayudará a que la institución comprenda por qué debe ser registrado.
2. Protección y examen
Cuando la documentación haya llegado y la hayan examinado, pueden rechazarla o aceptarla. En el segundo caso, se concedería una fecha de examen para corroborar si realmente se puede conceder la patente o es innecesario. Hay muchos factores que entran en juego aquí, como la posibilidad de que existan impugnaciones.
Durante esta fecha, se concede una especie de protección a la invención que está en proceso de ser registrada. Es decir, si se asume que tú eres el autor, no se permite que nadie más se la adjudique (salvo impugnaciones). Para ello, puedes solicitar la activación de este procedimiento a nivel nacional y europeo.
3. Examen de fondo y dictamen
Superado el paso anterior, es momento de realizar la última prueba, el examen de fondo. Para ello, tres expertos trabajarán sobre la invención para comprobar que se ajuste a todos los requisitos. También te pueden indicar que efectúes cambios en tu solicitud con el objetivo de darle forma a la futura patente. Esta es la fase que más se demora, por lo que hay que actuar con tiempo.
Durante esta fase, te solicitarán que defiendas tu postura (o tu abogado, si es el caso). Cuando haya concluido el acto y se haya descartado la existencia de registros previos demasiado similares, emitirán su dictamen. Este incluirá la aceptación/rechazo y la protección en los países que hayas solicitado (aunque puede ser que no todos la otorguen).
4. Oposición y validación
Estas dos fases son opuestas entre sí, pero se dan de manera casi simultánea. Durante la oposición, la patente puede ser impugnada nuevamente por cualquier empresa externa. En este caso, se estudiaría de nuevo y se podría retirar o conservar, aunque la última opción es la más común.
Respecto a la validación, es imprescindible para que la patente tenga efecto y, por tanto, la invención quede protegida. De este modo, la información se envía a los demás países incluidos (generalmente, mediante traducciones) para que sus oficinas nacionales la incluyan. Puede ser necesario realizar un proceso específico según cada Estado.
En definitiva, realizar la inscripción de la patente es fundamental para la rentabilidad del negocio, pero también es un proceso complicado. Para tener éxito, es indispensable que cuentes con un abogado especialista que proporcione una defensa eficaz de tu propuesta ante la OEPM.